jueves, 21 de febrero de 2008

los duendes del parque...


El botellón. Todo un fenómeno social entre la juventud de este país (y de otros, aquí ya no vale el "typical spanish"). El botellón lo tiene todo: es un punto de reunión de gente de la misma edad, de amigos, sobre todo cuando llevan tiempo sin verse; allí puedes dar una vuelta y encontrarte con conocidos, hablar de los viejos tiempo o qué ha sido de este o aquella otra, puedes conocer a 20 personas en 5 minutos, y si la cosa se anima, al cabo de la noche puede que acabeis siendo íntimos, como si de toda un vida se tratase. Pero no todo son cosas buenas.
dicen que el botellón se inició aquí en Cáceres, no sé si sera verdad, lo que si es verdad es que se extendió como la espuma, pues su "fórmula" lo hace ser un éxito: en un principio se buscaba el poder tomarse unas copas que no supiesen a alcohol sanitario con cocacola, y sin dejarse el escueto sueldo de estudiante. Y todo esto, sin porteros que no te dejen entrar, respirando aire limpio y no estar 100 personas donde normalmente se meterían unas 40.
Pero hoy en día, las aparentes ventajas sacan a relucir los peores defectos: el "público" de un botellón es cada vez más joven: no es raro encontrarse con tu primo de 13 0 14 años a las 4 de la mañana, borracho como una cuba. La gente encuentra que por unos 4 o 5 euros, lo que una copa de "garrafón con cola" en cualquier antro, puede tener prácticamente "barra libre": beber hasta que se acabe o bien la bebida, o bien el hielo (a los más valientes ni esto les corta ya) o acaben ellos mismos tirados en una acera, junto a los restos del botellón que con tanta alegría comenzó.
también están a quienes el alcohol, siempre en exceso, no les sienta muy bien; entonces es cuando se producen las pelas, broncas, robos, y cosas mucho peores, que algunas veces acaban demasiado mal (quien más quien menos ha visto o oído de alguna de estos casos).
Otro problema suele ser el lugar. Por los lógicos conflictos entre vecinos y "botelloneros" actualmente el botellón se ha trasladado de cualquier casco urbano a los llamados recintos feriales, o cualqier descampado de las afueras. Esto aporta sin duda "intimidad" y que no "moleste nadie, ni molestar a nadie", pero también suele conllevar una gran distancia recorrer, por ejemplo, en caso de urgenica, o tener que hacerlo (a veces a solas) en un estado poco saludable.

Definitivamente, el botellón puede ser todo un evento donde conocer, reencontrase, beber algo en condiciones por poco dinero, divertirse durante toda la noche, e incluso a veces, "ligar" (muchas veces las copas de más tienen mucho que ver sin duda). Pero, sin dos dedos de frente, o sin tener un poco de cuidado, en vez de tener toda una aventura de fin de semana, podemos tener algún buen disgusto, ademas de una memorable resaca al día siguiente.

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